miércoles, 26 de septiembre de 2012

Depende de ti


La pelota vuelve a estar en tejado ajeno. Por mucho que coja la escalera, siempre termina volviéndose a embarcar.

No parece que el dueño del tejado tenga intención alguna de bajarla. El problema es que mi escalera, tarde o temprano, terminara desgastándose.

¿Y qué pasará si la escalera se desgasta? La pelota quedará olvidada.

Primero días. Luego semanas. Y ya suman meses.

Hasta el día en que una ráfaga de viento tire la pelota del tejado.

Pero para entonces, ambos habremos olvidado de qué color era y ya no nos pararemos ni a mirarla, porque ya no tendrá sentido.

Habrá dejado de importarnos.

En tu mano está lanzarla o dejarla a merced del viento.

viernes, 14 de septiembre de 2012

I miss you


Me pongo a recordar y me doy cuenta de que echo de menos mi vida en Londres…
Pero cuanto más rememoro, más claro me queda que lo que echo de menos es la ciudad y esos fines de semana en los que la recorría.

De la familia con la que conviví durante diez meses, me quedan un puñado escaso de buenos recuerdos empañados por los malos ratos que me hicieron pasar.
Por cada anécdota graciosa, sale a relucir otra que me recuerda que aquello nunca fue para mi un hogar.

Me doy cuenta de que no siento apego alguno por esa gente que quedó allí, y que esas lágrimas que rodaron mejilla abajo cuando monté en el metro de camino al aeropuerto no eran por quienes allí quedaban, sino por esos fines de semana en que yo era la única dueña de mis propios pasos. Esos fines de semana en que jugaba a perderme entre las calles de esa gran ciudad.

Ahora me doy cuenta de que mis lágrimas no iban dirigidas a quienes me dieron un techo durante diez meses. Lloraba por la libertad que dejaba atrás al volver a casa.